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miércoles, 8 de julio de 2009

LA IDEA DEL YO


Primero quiero pediros perdón si os parece algo largo este post, pero merece la pena leerlo todo. Por otro lado las fotos que vais a ver son de mi viaje por Cantabria. Maravillosa. Salen imágenes del hotel rural donde estuvimos alojados, del parque Cabarcenos, de mi hija, Picos de Europa, etc...Un abrazo a todos.
LA IDEA DEL “YO”
Al presentarnos, normalmente comenzamos con un “yo soy” seguido de nuestro nombre y profesión. Sin embargo, por mucho que se indague, es imposible localizar a este “yo”. Aunque ciertamente tengo un nombre, no soy ese nombre. Lo mismo ocurre con las sensaciones, los pensamientos y las emociones. No pueden ser quien soy porque su naturaleza es transitoria y fugaz, mientras que el sentido del “yo” permanece constante.
El “yo” que se pregunta quién es no puede investigarse a sí mismo, de la misma manera que un espejo no puede reflejarse a sí mismo.
Éste es un dialogo entre Bodhidharma y Hui-ko:
Hui-ko: Mi mente no está en paz. Por favor maestro, apacíguala.
Bodhidharma: Tráeme tu mente y la apaciguaré.
Hui-ko: Cuando busco mi mente no puedo encontrarla.
Bodhidharma: ¡Ya está, he apaciguado tu mente!
Las sensaciones, las emociones y los pensamientos surgen simplemente, sin que exista ningún “yo” que primero haya decidido tenerlos. Cuando observo el proceso de mi pensamiento- que parece estar más bajo mi control que las sensaciones y las emociones – no puedo encontrar al pensador que decide tener un pensamiento antes que éste surja. Claro que puedo decir:” Sí, yo soy el que decidió tener este pensamiento”, pero esto no es más que otro pensamiento. Y lo que es más, el “yo” que pretende ser el propietario del pensamiento no es más que un componente de ese pensamiento. En realidad ni siquiera sé cuál va a ser “mi” próximo pensamiento hasta que éste tiene lugar. En palabras de Rumi, poeta sufí del siglo XIII:
"Permanece vacío de preocupaciones,
¡piensa en quién creó el pensamiento!."
La energía creadora universal es la que crea el pensamiento. Según esta perspectiva, el cerebro-mente es más un receptor que un generador de pensamientos, algo comparable a un aparato de televisión. Desmontar un televisor no va a revelar la fuente de las imágenes y los sonidos. De la misma forma, no podemos encontrar al pensador de los pensamientos dentro del cuerpo-mente.
“Interpreta tu papel en la comedia, ¡pero no te identifiques
con él!”. Wei Wu Wei.
Ramana Maharshi recomendó realizar una indagación basada en la pregunta”¿quién soy yo?”. Aquello que está seguro de su existencia –la profunda certeza de que Yo Soy- es lo que realmente eres.(…)
Desde la perspectiva que me da esta comprensión veo cómo los pensamientos aparecen en “mi” conciencia como nubes en un despejado cielo azul y luego se disuelven en él sin dejar rastro. Los pensamientos y todas las demás cosas simplemente suceden. Todas las cosas son, sin que exista un “yo” controlándolo todo detrás del telón. El ego es tan innecesario para el pensamiento o para el funcionamiento general del organismo cuerpo-mente como la presencia de Atlas para sostener la bóveda celeste. Y, de la misma manera que un día los antiguos griegos descubrieron que en realidad nunca hubo un titán llamado Atlas sosteniendo el cielo, tú descubrirás que nunca hubo realmente un ego sosteniendo la certeza absoluta del “Yo Soy”.
No hace falta que aceptes estas palabras. Puedes indagar por ti mismo y buscar en tu interior ese yo separado. No vas a encontrar a ese supuesto pensador de tus pensamientos, sujeto de tus sentimientos y autor de tus actos, como no sea en cuanto pensamiento o convención gramatical. Tú eres aquello que está buscando a este “yo”, y mientras la búsqueda continúe este “yo” va a pasar desapercibido.(….)
“Yo soy la luz que ilumina todas las cosas,
Yo soy todas las cosas,
Todas las cosas provienen de mí.
Corta un tronco y estoy allí;
Levanta una piedra y me encontrarás allí”. El Evangelio según Tomás.







Extracto del libro de Leo Hartong: “DESPERTAR A LA VERDAD”. Editorial Sirio.