martes, 1 de septiembre de 2009

LA EXPERIENCIA QUE LO CAMBIA TODO

Decian que el impacto de BUDA era tal que, algunas veces, la gente sentía que era algo más que humano:
-¿Eres Dios?- le preguntaba la gente.
-No- respondía.
-¿Eres un ángel?
-No.
-Entonces, ¿qué eres?- volvían a preguntar.
-Estoy despierto.
Para mí, el hecho más impresionante espiritual, intelectual y poética del hombre ha sido el predominio universal de esos momentos de intuición sorprendente que Richard Bucke llamaba "conciencia cósmica". En realidad, no existe una denominación apropiada para este tipo de experiencia. Llamarla mística es confundirla con visiones de otro mundo o con dioses y ángeles. Llamarla espiritual o metafísica sugiere que, al mismo tiempo, no es muy concreta y física, mientras que el término "conciencia cósmica" tiene el resabio poco poético de la jerga ocultista.

La persona así iluminada tiene la viva e impresionante sensación de que el universo, tal como es, es tan bueno en su conjunto y en cada una de sus partes que no necesita ninguna explicación o justificación más allá de lo que sencillamente es. La existencia no solamente deja de ser un problema, sino que el acoplamiento recíproco de las cosas tal como son es tan autoevidente y autosuficiente, incluso lo que comúnmente se considera lo peor, que no deja de sorprendernos y resulta díficil encontrar palabras que expresen la perfección y la belleza de la experiencia. A veces, la claridad y sencillez que se desprende de ello produce la sensación de que el mundo se ha vuelto transparente y está impregnado de una inteligencia suprema. Al mismo tiempo, es común que el individuo sienta que el mundo entero se ha convertido en su propio cuerpo y que-sea él lo que fuere-no sólo se ha convertido en lo mismo que todo lo demás, sino que siempre lo ha sido. No es que pierda su identidad hasta el punto de tener la sensación de ver con otros ojos, de llegar a ser omnisciente, sino que siente que su conciencia y existencia coinciden con la forma de ver temporalmente adoptada por algo inmensamente más grande que él.


El núcleo de la experiencia parece centrarse en la convicción o creencia de que el inmediato ahora, cualquiera que sea su naturaleza, es la meta y el cumplimiento de toda la vida. De esta creencia emana un éxtasis emocional, una sensación de profundo alivio y libertad, y a menudo de un casi insoportable amor por el mundo, el cual, sin embargo, es secundario. Con frecuencia, el placer de la experiencia se confunde con la experiencia y la comprensión súbita que emanan del éxtasis, de forma que al intentar retener los efectos secundarios de la experiencia el individuo no comprende que el inmediato ahora es completo, incluso si no produce éxtasis, ya que el éxtasis es una sensación necesariamente temporal dentro de la constante fluctuación de nuestros sentimientos. Pero la intuición perdura cuando es suficientemente lúcida; la facilidad permanece una vez se ha conseguido una habilidad especial.

Así encontramos distintas expresiones para una misma experiencia de Dios:

"Pareció como si el cielo se abriese y descendieran rayos de luz y gloria. No duró sólo un momento, sino todo el día y la noche, pareció como si mi alma se inundara de luz y gloria y oh, cuál fue la transformación que se operó en mí y en todas las cosas. Mis caballos, los cerdos y todo el mundo parecían transformados". Willian James.

"Era una mañana de principios de verano. Una neblina plateada resplandecía y temblaba entre los tilos. El aire estaba repleto de su fragancia. La temperatura era como una caricia. Recuerdo-no necesito recordar- que me subí a un árbol, me quedé perplejo y me sentí de repente inmerso en ELLO. No lo llamé así. Las palabras eran innecesarias. Ello y Yo éramos sólo uno". Bernard Berenson.

De acuerdo con lo que dijo un sabio yogui, el mundo no es malo sino tu actitud hacia él. Si la creación es perfecta, si estás esencialmente iluminado, la pregunta referente a cómo experimentar la iluminación no debe plantearse de la siguiente manera:"¿Qué debo hacer para alcanzarla en el futuro?", sino "¿Qué es lo que estoy haciendo actualmente que me impide darme cuenta de que la tengo ahora mismo?". Ésta es la respuesta: el impedimento reside en todo aquello que se basa en el ego alienante y opuesto a reconocer la inteligencia que vive en todos nosotros, el AMOR, como Dante dice al final de la divina comedia, que es "sobre el cual gira toda creación".

Paradógicamente, la respuesta que buscamos no es otra que lo que ya somos en esencia. Nuestra condición original, nuestro verdadero sí-mismo, es Ser, llamado tradicionalmente Dios, la Persona Cósmica, el Ser Supremo, el Uno en todo.

Por consiguiente, la verdad de toda existencia y toda experiencia no es otra que el escueto aquí y ahora, el presente, la esencia suprema de eso que investiga, lucha y pregunta: Ser. EL VIAJE ESPIRITUAL ES EL PROCESO QUE CONSISTE EN DESCUBRIR Y VIVIR ESA VERDAD. Equivale al ojo que se ve a sí mismo, o, mejor dicho, al Yo viéndose a Sí-Mismo.

"El conocedor y lo conocido son uno solo. La gente sencilla imagina que debería ver a Dios como si Él estuviera allí y ellos aquí. No es así. Dios y Yo somo uno en el conocimiento." ECKHARDT.

Extractos del libro: "Qué es la iluminación". Wats, Huxley, Wilber,etc.. Editorial Kairós.



lunes, 10 de agosto de 2009

LOCA SABIDURÍA.

Aquí os dejo una pequeña recopilación de frases célebres que incitan a reflexionar en estos días de calor y relax, para que no os durmais demasiado..

"Nadie alcanza el Grado de la Verdad hasta que mil personas honestas han testificado que es un hereje". JUNAID DE BAGHDAD, SUFÍ.

"La mayor desgracia del hombre es que no tiene ningún órgano, ningún tipo de párpado o freno, que pueda cubrir o bloquear un pensamiento, o todos ellos, cuando lo desee". PAUL T. VALÉRY.

"Como todas las cosas no son sino una aparición, perfectas siendo lo que son, sin tener nada que ver con el bien ni con el mal, con la aceptación ni con el rechazo, uno puede muy bien estallar en carcajadas". LONG CHEN PA, MAESTRO TIBETANO.

"Sueñas que eres el que hace, Sueñas que la acción está hecha, Sueñas que la acción da fruto: Es tu ignorancia, Es el espejismo del mundo Que te da estos sueños". BHAGAVAD GITA.

"¡Qué maravilloso es el Creador! ¿Qué va a hacer de ti a continuación? ¿Dónde te va a enviar? ¿Te va a convertir en el hígado de una rata? ¿Te convertirá en el brazo de un insecto?". CHUANG-TZU.
"¿Crees que sé lo que estoy haciendo? ¿Que por una respiración o por media me pertenezco a mí mismo? Tanto como la pluma sabe lo que está escribiendo O la pelota puede adivinar dónde va a ir a continuación". RUMI.
"Al contemplar el mecanismo de nuestras propias mentes y observar sombríamente la acción y reacción química que equivale a la consciencia y la personalidad, nos da la sensación de que somos dirigidos hacia la oscura conclusión de que el libre albedrío no es sino un concepto diseñado, como Santa Claus o Dios, para protegernos de la inaceptable verdad. La verdad, como aprendemos con terror, de que somos paja en el viento [...]". JON FRANKLIN. "La felicidad de la gota consiste en morir en el río". AL-GHAZALI.

"Dios hizo al hombre porque le encantan los cuentos". PROVERBIO YIDDISH.

" NO HAY RESPUESTA.
NO VA A HABER NINGUNA RESPUESTA.
NUNCA HA HABIDO UNA RESPUESTA.
ÉSA ES LA RESPUESTA". Gertrude Stein.

UN ABRAZO A TODOS. NAMASTÉ.

martes, 28 de julio de 2009

PENSAMIENTOS


Enfréntate a tus pensamientos con
comprensión


Un pensamiento resulta inofensivo a menos que nos lo creamos.
No son nuestros pensamientos, sino nuestro apego a ellos, lo que
origina nuestro sufrimiento. Apegarse a un pensamiento significa
creer que es verdad sin indagar en él. Una creencia es un
pensamiento al que hemos estado apegados, a menudo durante
años.
La mayoría de la gente cree que «es» lo que sus
pensamientos dicen que es. Un día advertí que no estaba
respirando: me estaban respirando. Entonces también advertí, con
gran sorpresa, que no estaba pensando: que, en realidad, estaba
siendo pensada y que pensar no es personal. ¿Te despiertas por la
mañana y te dices: «Creo que hoy no voy a pensar»? Es
demasiado tarde: ¡ya estás pensando! Los pensamientos
sencillamente aparecen. Provienen de la nada y vuelven a la nada,
como nubes que se mueven a través de un cielo vacío. Están de
paso, no han venido para quedarse. No son perjudiciales hasta que
nos apegamos a ellos como si fueran verdad. Nadie ha sido capaz,
jamás, de controlar su pensamiento, aunque la gente cuente la
historia de cómo lo ha conseguido. No dejo que mis
pensamientos se marchen: me enfrento a ellos con comprensión.
Son ellos los que me dejan marcharme a mí.

Los pensamientos son como la brisa o las hojas en los
árboles o las gotas de lluvia que caen. Aparecen del mismo modo,
y a través de la indagación, podemos entablar amistad con ellos.
¿Discutirías con una gota de lluvia? Las gotas de lluvia no son
personales, como tampoco lo son los pensamientos. Una vez que te
has enfrentado a un concepto doloroso con comprensión, la
próxima vez que aparezca quizá te resulte interesante. Lo que solía
ser una pesadilla ahora es sólo algo interesante. La siguiente vez
que aparezca, tal vez te resulte divertido. Y la siguiente vez, quizá
ni siquiera lo adviertas. Este es el poder de amar lo que es.

Lo que es, es

Únicamente sufrimos cuando creemos un pensamiento que está en
desacuerdo con lo que es. Cuando la mente está perfectamente
clara, lo que es, es lo que queremos. Si quieres que la realidad sea
diferente de lo que es, podrías intentar enseñarle a ladrar a un gato
y obtendrías el mismo resultado. Puedes intentarlo una y otra vez,
y al final, el gato te mirará y volverá a decir: "Miau". Desear que
la realidad sea diferente de lo que es, es un deseo imposible de
satisfacer.

Y aun así, si prestas atención( advertirás que tienes
pensamientos de este tipo docenas de veces al día: "La gente
debería ser más amable", "Debería enseñarse a los niños a
comportarse bien", "Mis vecinos deberían cuidar mejor su
césped", "La cola del supermercado debería avanzar más deprisa",
"Mi mujer (o mi marido) debería estar de acuerdo conmigo",
"Debería estar más delgada (o ser más guapa o tener más éxito)".
Estos pensamientos constituyen distintas maneras de querer que la
realidad sea diferente de lo que es. Si te parece que esto suena
deprimente, estás en lo cierto. Toda la tensión que sentimos se
origina en nuestras discusiones con lo que es.
Personas aún no familiarizadas con El Trabajo me dicen a
menudo: "Pero si renunciase a mi discusión con la realidad
perdería parte de mi poder. Si simplemente acepto la realidad,
seré pasiva. Quizás incluso pierda el deseo de actuar". Yo les
contesto con una pregunta: "¿Tienes la absoluta certeza de que eso
es verdad?". "Ojalá no hubiese perdido mi trabajo" o "He perdido
mi trabajo; ¿qué puedo hacer ahora?": ¿Qué es lo que te da más
poder?
El Trabajo revela que lo que piensas que no debería haber
sucedido sí debería haber sucedido. Debería haber sucedido porque
así fue y ningún pensamiento del mundo puede cambiarlo. Eso no
quiere decir que lo toleres ni que lo apruebes. Sólo significa que
eres capaz de ver las cosas sin resistencia y sin la confusión de tu
lucha interior. Nadie quiere que sus hijos enfermen, nadie quiere
ser víctima de un accidente de coche; pero cuando estas cosas
ocurren, ¿de qué forma podría ayudar discutir mentalmente con
ellas? Sabemos que no tiene sentido, y sin embargo, lo hacemos
porque no sabemos cómo dejar de hacerlo.
Soy una amante de lo que es, no porque sea una persona
espiritual, sino porque, cuando discuto con la realidad, sufro.
Podemos saber que la realidad está bien tal como es porque,
cuando discutimos con ella, sentimos tensión y frustración. No
nos sentimos normales ni equilibrados. Cuando dejamos de
oponernos a la realidad, la acción se convierte en algo sencillo,
fluido, amable y seguro.
Extracto del libro de Byron Katie:"AMAR LO QUE ES".

miércoles, 8 de julio de 2009

LA IDEA DEL YO


Primero quiero pediros perdón si os parece algo largo este post, pero merece la pena leerlo todo. Por otro lado las fotos que vais a ver son de mi viaje por Cantabria. Maravillosa. Salen imágenes del hotel rural donde estuvimos alojados, del parque Cabarcenos, de mi hija, Picos de Europa, etc...Un abrazo a todos.
LA IDEA DEL “YO”
Al presentarnos, normalmente comenzamos con un “yo soy” seguido de nuestro nombre y profesión. Sin embargo, por mucho que se indague, es imposible localizar a este “yo”. Aunque ciertamente tengo un nombre, no soy ese nombre. Lo mismo ocurre con las sensaciones, los pensamientos y las emociones. No pueden ser quien soy porque su naturaleza es transitoria y fugaz, mientras que el sentido del “yo” permanece constante.
El “yo” que se pregunta quién es no puede investigarse a sí mismo, de la misma manera que un espejo no puede reflejarse a sí mismo.
Éste es un dialogo entre Bodhidharma y Hui-ko:
Hui-ko: Mi mente no está en paz. Por favor maestro, apacíguala.
Bodhidharma: Tráeme tu mente y la apaciguaré.
Hui-ko: Cuando busco mi mente no puedo encontrarla.
Bodhidharma: ¡Ya está, he apaciguado tu mente!
Las sensaciones, las emociones y los pensamientos surgen simplemente, sin que exista ningún “yo” que primero haya decidido tenerlos. Cuando observo el proceso de mi pensamiento- que parece estar más bajo mi control que las sensaciones y las emociones – no puedo encontrar al pensador que decide tener un pensamiento antes que éste surja. Claro que puedo decir:” Sí, yo soy el que decidió tener este pensamiento”, pero esto no es más que otro pensamiento. Y lo que es más, el “yo” que pretende ser el propietario del pensamiento no es más que un componente de ese pensamiento. En realidad ni siquiera sé cuál va a ser “mi” próximo pensamiento hasta que éste tiene lugar. En palabras de Rumi, poeta sufí del siglo XIII:
"Permanece vacío de preocupaciones,
¡piensa en quién creó el pensamiento!."
La energía creadora universal es la que crea el pensamiento. Según esta perspectiva, el cerebro-mente es más un receptor que un generador de pensamientos, algo comparable a un aparato de televisión. Desmontar un televisor no va a revelar la fuente de las imágenes y los sonidos. De la misma forma, no podemos encontrar al pensador de los pensamientos dentro del cuerpo-mente.
“Interpreta tu papel en la comedia, ¡pero no te identifiques
con él!”. Wei Wu Wei.
Ramana Maharshi recomendó realizar una indagación basada en la pregunta”¿quién soy yo?”. Aquello que está seguro de su existencia –la profunda certeza de que Yo Soy- es lo que realmente eres.(…)
Desde la perspectiva que me da esta comprensión veo cómo los pensamientos aparecen en “mi” conciencia como nubes en un despejado cielo azul y luego se disuelven en él sin dejar rastro. Los pensamientos y todas las demás cosas simplemente suceden. Todas las cosas son, sin que exista un “yo” controlándolo todo detrás del telón. El ego es tan innecesario para el pensamiento o para el funcionamiento general del organismo cuerpo-mente como la presencia de Atlas para sostener la bóveda celeste. Y, de la misma manera que un día los antiguos griegos descubrieron que en realidad nunca hubo un titán llamado Atlas sosteniendo el cielo, tú descubrirás que nunca hubo realmente un ego sosteniendo la certeza absoluta del “Yo Soy”.
No hace falta que aceptes estas palabras. Puedes indagar por ti mismo y buscar en tu interior ese yo separado. No vas a encontrar a ese supuesto pensador de tus pensamientos, sujeto de tus sentimientos y autor de tus actos, como no sea en cuanto pensamiento o convención gramatical. Tú eres aquello que está buscando a este “yo”, y mientras la búsqueda continúe este “yo” va a pasar desapercibido.(….)
“Yo soy la luz que ilumina todas las cosas,
Yo soy todas las cosas,
Todas las cosas provienen de mí.
Corta un tronco y estoy allí;
Levanta una piedra y me encontrarás allí”. El Evangelio según Tomás.







Extracto del libro de Leo Hartong: “DESPERTAR A LA VERDAD”. Editorial Sirio.

viernes, 12 de junio de 2009

¡POR FIN VACACIONES!

Hola a todos, esta misma tarde me marcho de vacaciones dos semanas. Hasta la vuelta no podré contestar a vuestros comentarios...Nos vamos toda la familia a Cantabria:
Espero disfrutar de sus paisajes y su gente. Aquí en el sur necesitamos ver verde, respirar a hierba, por eso nos vamos al norte, que me encanta.
Un abrazo a todos y hasta pronto.

jueves, 11 de junio de 2009

LA FE DEL ABANDONO.

“Conoce Eso con lo que, al conocerlo, conoces todo lo demás”. Texto del Vedanta.
La fe no es creencia ciega y por cierto no es mera afirmación intelectual a la proposición de que Dios existe. Ni es confianza en que la vida resultará “bien” a pesar de sus tribulaciones. La fe no es esperanza. Desde un punto de vista la fe es la cosa más ilógica del mundo: es confianza en la vida debido a sus tribulaciones. Es el sentido del amor y la sorpresa ante el misterio de un Dios que es el Creador y Destructor a la vez, amor y terror, vida y muerte, ángel y demonio, sabio y tonto, hombre y gusano. Están aquellos que preguntan por qué se debe esperar que tengan fe de un carácter tan incondicional en un universo que coge con una mano lo que da con la otra.

Porque la verdad es que simplemente sin fe nos estamos dando continuamente de cabeza contra una pared inmóvil. Ningún autoengaño, ninguna treta de la razón o la ciencia, ninguna magia, ningún grado de confianza en uno mismo puede hacernos independientes del universo y permitirnos eludir su aspecto destructivo. El dolor es un hecho que por mucha voluntad que ponga la teología no puede justificar con promesas y disculpas por su existencia en un universo de cuyo Dios se dice que es “amor”. Al mismo tiempo, ninguna aceptación de la vida, por grande que sea, puede eliminar nuestro fundamental horror del dolor en sus formas más extremas. Pero, aun así, la fe no puede ser nunca fe real si es tibia, si pensamos que no es más que una cuestión de la “mejor política”, del mejor medio para hacer un tanto más tolerable una situación intolerable.
Dios, la vida, el universo mantienen sus dos aspectos como sea que tratemos de pensar en ellos, y siguen su juego en todo su amor y su crueldad. Fe significa que nos damos al juego absoluta y completamente, sin imponer condiciones de ninguna clase, que nos abandonamos a Dios sin pedir nada a cambio, salvo que nuestro abandono a El pueda hacernos sentir más agudamente la alegría de Su juego. Este abandono es la libertad del espíritu.
Esta es la única promesa que puede hacerse por la fe, ¡pero qué promesa! Significa que participamos del éxtasis de Su creación y Su destrucción, y experimentamos el misterio y la libertad de Su poder en todos los aspectos de la vida, tanto en las cumbres del placer como en los abismos del dolor. Puede parecer ilógico, pero aquellos que alguna vez han compartido este misterio tienen una gratitud que no conoce límites y pueden decir de nuevo que Dios es Amor, aunque con un significado completamente nuevo.
Extracto del libro de Alan Watts: “EL SENTIDO DE LA FELICIDAD”. Editorial Ibis.

lunes, 1 de junio de 2009

MEDITAR: EJERCICIO INICIÁTICO.

Meditación. Con esta etiqueta se pueden comprender y practicar varias cosas: como ejercicio de recogimiento y de interiorización destinado a penetrar en el contenido profundo de un texto o de una imagen sagrados. Se puede meditar para reavivar y regenerar la fe tradicional. Sin duda que todo esto es bueno. Pero la meditación puede y debe ser otra cosa muy distinta: el instrumento de apertura al Ser esencial. De esta forma, el sentido de la meditación es el ejercicio iniciático.
Iniciar significa: abrir la puerta del misterio. Nosotros mismos somos ese misterio en nuestro Ser esencial, ya que es la manera en que la Vida divina vive en nosotros y en todas las cosas y que tiende a tomar forma en el mundo a través de nosotros. El Ser esencial no es una simple idea, o un simple objeto en el que hay que creer. Tampoco es el producto de una imaginación piadosa. Es el contenido de una experiencia que no tiene solamente valor empírico, sino carácter de revelación.
El ejercicio y la vida iniciática buscan la unidad con el Ser esencial. Pero este Ser esencial no es “algo” que se pueda encontrar como si fuera un objeto. Está, al igual que toda trascendencia, más allá de lo alcanzable. El carácter sobrenatural y la fuerza transformadora de las experiencias hacen presentir lo que nosotros llamamos Ser esencial. Pero a pesar de ello, Este sigue siendo un misterio, que se retira y enmudece cuando el hombre intenta llegar a El. Toda fe religiosa implica una actitud de abandono del corazón, en la cual, y porque no se intenta descifrar el misterio, éste habla. Unirse al Ser esencial es unirse al misterio. En primer lugar, el hombre debe ser capaz de soportar que el mundo en que vive desaparezca en la noche de su conciencia para que le llegue la luz del gran secreto. Hasta el umbral de esta experiencia, el camino es largo: los contactos o experiencias del Ser, cuya fuerza cambia totalmente al hombre y le transforma por un momento, no deben llevarnos a engaño: son solamente un paso en el gran camino.
Aquí sólo se tratará de la meditación como ejercicio iniciático orientado a abrir paso al Ser esencial y a una vida que Le permita tomar forma en el mundo. La meditación y la vida meditativa son la respuesta obediente a la gran metanoia. Porque “metanoia” significa más que el paso de una existencia egocéntrica a una vida altruista, generadora de amor. Implica desprenderse de una existencia cuyo único fin son las necesidades, exigencias y belleza del mundo profano, para llegar a la libertad de una vida orientada exclusivamente hacia la manifestación del Ser divino.
Gracias a una experiencia recibida con seriedad, la apertura a ese Ser esencial, es el acontecimiento capital de nuestra época, mediante el cual la nueva era ocupa el lugar de los tiempos modernos. Ese es el momento en que el hombre no siente ya la llamada a una vida conforme a la exigencia divina como un deber impuesto desde fuera, sino como la realización de una promesa que ha despertado en él. Una vida de acuerdo con lo divino no es una ideología que deja posibilidad a una alternativa. Es, para el hombre, la realización del verdadero Sí. En esta realización no todos tienen parte. Sin embargo, es mucho mayor de lo que ordinariamente se piensa el número de aquellos cuya madurez alcanza el umbral de este paso. Ellos piden un guía que les conduzca hacia la total realización del Sí.
Según se avanza en la evolución iniciática, se produce una revolución total en la conciencia de lo real. Concierne a la realización entre la pequeñez y la finitud humanas y la grandeza infinita del Ser. Al desarrollar sus capacidades racionales, el hombre ha arrojado al terreno de las creencias fáciles la realidad sobrenatural. Sentirse, en el universo, un minúsculo grano de polvo, no le implica dejarse llevar por la megalomanía de su conciencia racional. A pesar de lo cual ésta empieza hoy a tambalearse. Del progreso iniciático nace una humildad totalmente distinta del sentido de la propia pequeñez en el seno del cosmos explorado, porque la realidad de una infinita grandeza se manifiesta a la nueva conciencia. La participación de la finitud humana en esta grandeza infinita se convierte así en la grandeza del hombre. La conciencia de su unidad con esta realidad le abre, en un sentido totalmente nuevo, a una experiencia, a un conocimiento, y a la realización de sí mismo.
MEDITAR QUIERE DECIR TRANSFORMARSE. Y aquel hombre que vivía sólo según su naturaleza, mirando, sobre todo, hacia un mundo contingente, se transforma en un hombre nuevo, conscientemente anclado en su Ser esencial. Es libremente su testimonio en el mundo por medio del conocimiento, la creación y el amor.
MEDITACIÓN: APERTURA AL SER ESENCIAL.
Extracto del libro de Karlfried Graf Dürckheim: “Meditar por qué y cómo. Hacia la vida iniciática”.

lunes, 25 de mayo de 2009

EL COMPORTAMIENTO JUSTO ANTE LAS DIFICULTADES PSÍQUICAS.

"Es mejor encender una vela que maldecir la oscuridad" Ken Wilber.

Cien causas de mayor o menor sufrimiento psíquico pueden permanecer activas durante el quehacer cotidiano o meditación y turbarnos. ¿Cómo actuar con respecto a esto?. La respuesta es: cuando un sufrimiento psíquico nos persigue, bien en nuestras tareas cotidianas o en la meditación, y no deja de atormentarnos, hay que pararse, situarse de alguna manera frente a frente con él y sufrirlo, pura y simplemente. Luchar o huir es igualmente inútil. Pero es eficaz percibir y aguantar el mal, sin minimizarlo ni exagerarlo. Más aún, es provechoso llegar a la raíz del dolor, en vez de eludirlo concentrándose en otra cosa, o en otros términos, sin permitirse una reacción natural de huida o resistencia. Es preciso entregarse totalmente a lo que causa la angustia, dejarse atacar y herir. Este es un comportamiento paradójico según las miras naturales, pero con el sentido del camino iniciático( la búsqueda del Ser, de Dios), es beneficioso. Ayuda a esa transformación que hace madurar.
La experiencia nos enseña que a la larga esta aceptación paradójica de una situación dolorosa termina por privarla de su veneno. Y además, soportar el sufrimiento permite acceder a un nivel más profundo, en el cual la propia causa de este sufrimiento pierde todo poder. Beber conscientemente el veneno es adquirir la inmunidad contra él y llegar a un grado de conciencia en el que el dolor ya no puede instalarse.

La actitud, aparentemente desrazonable, de consentimiento para con el sufrimiento, da su más preciado fruto cuando atañe a situaciones extremas: que son aquellas en las que el hombre está forzado, sin escapatoria posible, a aceptar alguna de las inaceptables angustias primordiales: el miedo a la aniquilación, la desesperación ante lo absurdo, la desolación del aislamiento. En estos casos el salto paradójico( durante la meditación o en la vida) por encima del instinto natural de conservación y de la necesidad de comprender y de ser protegido, puede llegar a dar un paso a lo que se llama la Gran Experiencia.
Extracto del libro de Dürckheim K.G.:"Meditar, por qué y cómo. Hacia la vía iniciática". Editorial Mensajero.

lunes, 27 de abril de 2009

FINGIR SER LO QUE NO SOMOS.

¿Por qué todo el mundo finge ser lo que no es?
¿Cuál es la razón psicológica?.
Es porque todos están condenados desde la infancia. Cualquier cosa que haga una persona por sí misma, porque le gusta, se considera inaceptable. La gente, la multitud entre la que tiene que crecer un niño, tiene ideas e ideales propios. El niño tiene que encajar en esas ideas y esos ideales. El niño está indefenso.
¿Os habéis parado a pensar en eso? En la infancia, el ser humano es el más indefenso de todo el reino animal. Y naturalmente, los que detentan el poder pueden moldearlo a su antojo.
Y así todo el mundo se convierte en lo que es, muy a su pesar. Esa es la razón psicológica tras el hecho de que casi todo el mundo quiere fingir que es lo que no es.
La mayoría de las personas están esquizofrénicas. Nunca les han permitido ser ellos mismos, les han obligado a ser otros, y su naturaleza no les permite ser felices con esos otros.
Por eso cuando crecemos y nos valemos por nosotros mismos, empezamos a fingir muchas cosas, que nos habría gustado que formaran parte de nuestro ser en la realidad. Pero en este mundo de locos se ha desviado a todo el mundo. Han obligado a cada persona a ser alguien distinto; no son eso, y lo saben. Todos saben que los han obligado a algo: a ser médico, a ser ingeniero, político, delincuente, mendigo. Hay muchas cosas que los han obligado.
En este mundo sólo existe una clase de felicidad, que consiste en ser tú mismo. Y como nadie es como realmente es, todos intentan esconderse de alguna manera, con máscaras, pretensiones, hipocresías. Se avergüenzan de lo que son.
Ser lo que no quieres ser, estar con alguien con quien no quieres estar, hacer algo que no quieres hacer, todo eso constituye la base de los sufrimientos.
Y por una parte la sociedad ha logrado que todos sean desgraciados y por la otra esa misma sociedad espera que no muestres tu sufrimiento, al menos no en público, no a las claras. Es asunto tuyo, algo privado. La misma masa que ha creado las razones de tu sufrimiento acabará diciéndote: “Tu sufrimiento es asunto tuyo, pero de cara al exterior tienes que sonreír. Que los demás no vean el sufrimiento en tu rostro”. A eso lo llaman protocolo, buenos modales, cultura. En definitiva, hipocresía.
A menos que una persona se diga:”Quiero ser yo mismo, cueste lo que cueste. Que me condenen, que me critiquen, que pierda mi responsabilidad…Todo con tal de no seguir fingiendo ser otra persona”. Esta decisión y esta declaración, esta declaración de libertad, de liberarse de la masa, da lugar a tu ser natural, a tu individualidad.
Entonces ya no necesitarás una máscara. Entonces podrás ser tú mismo, tal como eres.
¿Cómo puedo ser yo mismo?
Debería ser lo más sencillo del mundo, pero no lo es. Para ser uno mismo no hace falta hacer nada; ya se es. ¿Qué otra cosa puedes ser? ¿Cómo puedes ser otro? Pero comprendo el problema. El problema surge porque la sociedad corrompe a todo el mundo. Corrompe la mente, el ser. Te impone cosas y tú pierdes el contacto contigo mismo. Intenta hacer de ti algo distinto de lo que estabas destinado a ser. Te aleja de tu centro.
Entonces surge el problema. En el mejor de los casos puedes fingir, pero cuando finges nunca te sientes satisfecho. Quieres ser tú mismo, algo muy natural, y la sociedad no te lo permite. La sociedad quiere que seas un impostor. NO QUIERE QUE SEAS AUTÉNTICO, PORQUE LAS PERSONAS AUTÉNTICAS SON PELIGROSAS, REBELDES. A LAS PERSONAS AUTÉNTICAS NO SE LAS CONTROLA TAN FÁCILMENTE, NO SE LES PUEDE IMPONER UNA DISCIPLINA. LAS PERSONAS AUTÉNTICAS VIVEN SU REALIDAD A SU MANERA: VAN A LO SUYO, SIN DAÑAR.
Por eso la sociedad distrae al niño: le enseña a ser otro. Y el niño aprende poco a poco a fingir, a ser hipócrita. Y un día(qué ironía) esa misma sociedad empieza a decirte: ¿Qué te ha pasado?¿Por qué no eres feliz?¿Por qué tienes esa cara de sufrimiento?¿Por qué estás triste?.
Me preguntas:”¿Cómo puedo ser yo mismo?”. Olvídate de pretensiones, olvídate de ese afán por ser otro. Deja la competición y las comparaciones, y serás tú mismo. Eres único. Nadie es como tú, nadie ha sido como tú ni nadie lo será. Eres sencillamente único, y cuando digo que eres único, recuerda que no me refiero a que seas mejor que los demás. Respeta tu singularidad y olvídate de las comparaciones.
LAS PERSONAS FELICES APORTAN ALGO A LA EXISTENCIA; POR EL SIMPLE HECHO DE SER FELICES CREAN VIBRACIONES DE FELICIDAD.
Extracto del libro de Osho: “Alegría. La felicidad que surge del interior”. Editorial Planeta de Agostini.

miércoles, 8 de abril de 2009

DESTINO Y LIBRE ALBEDRÍO.

" A veces desnudos, a veces locos,
Ahora como erudito, ahora como tonto,
Así aparecen en la tierra...
¡Los hombres libres! ".
Poema indio.
" Los que buscan felicidad no la encuentran porque no entienden que el objeto de su búsqueda es el que busca. Decimos que son felices los que se han "encontrado en sí mismos" porque el secreto de la felicidad está en el antiguo dicho:" Conviértete en lo que eres". Debemos hablar en paradoja porque pensamos estar separados de la vida y, para ser felices, debemos unirnos a ella. Pero ya estamos unidos y todas nuestras acciones son sus acciones. La vida nos vive, nosotros no vivimos la vida. Pero de hecho no hay ningún "nos" aparte de la vida que así la vida puede "vivir". No es que seamos instrumentos pasivos de la vida, como creen los fatalistas, porque sólo podríamos ser herramientas pasivas si fuéramos otra cosa que vida. Si uno se imagina a sí mismo separado de la vida, en guerra con ella, imagina ser su herramienta pasiva y por lo tanto es infeliz.
Pero a decir verdad, acción y pasividad son uno y el mismo acto, y la vida y nosotros somos una y la misma cosa. Esta verdad de la filosofía antigua está más allá de nuestra lógica, pero el que la entiende es un sabio y el que no es un tonto. Aunque, curiosamente, el tonto se convierte en sabio si se da libertad para ser tonto. Entonces su dicha no conoce límites y él "camina libremente a través del universo". Se podría denominar a esto la complejidad de lo muy simple. Y esto, sin el uso de términos técnicos, es la respuesta de la sabiduría oriental al problema más díficil del pensamiento occidental: el problema del destino y del libre albedrío.
Inevitablemente, la búsqueda de libertad espiritual nos lleva a ese antiguo acertijo. Porque, se preguntará, ¿ no es la aceptación total de la vida simplemente el fatalismo más completo?, ¿No significa la enorme sensación de irresponsabilidad que surge del conocimiento de que no sólo nuestras acciones y circunstancias, sino también nuestros mismos pensamientos y sentimientos, son los actos de la vida o del destino, y da lo mismo que dejemos de preocuparnos por ellos?. El fatalismo es la doctrina del total sometimiento del hombre al destino, pero siempre se plantea una extraña objeción: "Si todo el mundo creyera que todos sus pensamientos y acciones están inevitablemente preordenadas por el destino, entonces la gente se comportaría exactamente como desea". En otras palabras ¡se haría peligrosamente libre!


Para el fatalista, cuando se nos presenta una elección de acciones, nuestra decisión no está determinada por un acto libre de la voluntad sino por el número indecible de factores que componen nuestro ser en ese momento: impulsos hereditarios, reflejos instintivos, educación moral, etc..

En cambio, para la filosofía oriental la relación entre uno mismo y la vida, el destino, ya no es una cuestión de impulsado e impulsor, de agente pasivo y de poder activo. La experiencia del hombre se hace completa cuando ve la actividad de la vida como un todo en él mismo como es ahora, cuando comprende que no hay ninguna diferencia entre sus propios pensamientos y acciones como son en este momento y la naturaleza del universo. No es que la vida lo esté haciendo pensar y moverse como cuando uno tira de las cuerdas de un títere, es antes bien que los pensamientos y acciones del hombre son al mismo tiempo sus propias creaciones y las creaciones de la naturaleza impersonal. La volición del hombre y la actividad de la naturaleza son dos nombres para una y la misma cosa, porque las acciones de la vida son las acciones del hombre y las acciones del hombre son las acciones de la vida.

Aquí no hay ninguna duda en cuanto a quién es el impulsor y quién es el impulsado, porque el hombre vive su vida mediante el mismo poder con que la vida vive al hombre. Es por esto que la aceptación total, que parece ser una respuesta a la esclavitud, es en realidad una llave para la felicidad, porque cuando se acepta lo que se es ahora se es libre para ser lo que se es ahora, que es por lo cual el tonto se convierte en sabio cuando se da libertad para ser tonto. En verdad, siempre estamos en libertad para ser lo que somos ahora y sólo el falso orgullo nos impide verlo. Por lo tanto, la aceptación es actividad y pasividad en uno. Como pasividad es aceptarnos a nosotros mismos, nuestros deseos y temores como movimientos de la vida, de la naturaleza y del inconsciente. Como actividad es permitirnos ser libres para ser nosotros mismos y para tener nuestros deseos y temores. Con lo cual el ego y el inconsciente, el hombre y la naturaleza, uno mismo y la vida se ven como dos bailarines que se mueven en una armonía tan estrecha que no se puede saber cuál impulsa y cuál responde, cuál es el participante activo y cuál es el pasivo. Es posible tener sentimientos de plenitud no sólo en raros momentos de percepción sino también en la vida cotidiana, y esto se produce en cuanto comprendemos que todas nuestras actividades son tanto actividades de la naturaleza y del universo como la rotación de los planetas, el discurrir de las aguas, el rugido del trueno y el soplar del viento ".
Extracto del libro de Alan Watts: "EL SENTIDO DE LA FELICIDAD". Editorial IBIS.






viernes, 27 de marzo de 2009

LA RESPIRACIÓN.

Se necesita cierto tiempo para aprender que una respiración “falsa” supone una actitud defectuosa de uno mismo, o con otras palabras, que no es el cuerpo el que respira mal, sino que es la persona la que está ahí de manera “falsa”, es decir, que no está en su “forma justa”. Para conseguir ésta, no basta con comprender conceptualmente el significado fundamental de la respiración; es igualmente necesario comprenderlo desde el interior. La respiración no es sólo el hecho de aspirar y de echar el aire; es un movimiento fundamental de la vida. Por la forma de respirar de un hombre, se puede conocer su actitud general frente a la vida. Toda modificación durable de la respiración supone un cambio de actitud frente a sí mismo y a la vida, y a la inversa, el ejercicio personal de la respiración, transforma todo el ser. Al igual que toda postura corporal “falsa”, un ritmo de respiración “falso” o una arritmia, son expresión de un bloqueo o de una alteración en el devenir del Ser divino interior indispensable para una vida sana a cualquier plano.
La respiración “justa” no es fruto de la voluntad, sino que va y viene por sí misma sin que el Yo, consciente o inconscientemente, haga nada. Si la respiración está bloqueada arriba, en la parte alta del diafragma o en los hombros, indica que el hombre es prisionero del Yo, que permanece a la defensiva y que, por consiguiente, no está todavía realmente abierto, ni a los otros, ni al mundo. Al no tener el Yo confianza, le hace creer que es él quien debe hacerlo todo y cuidar de todo, por lo tanto también de la respiración. No la deja que venga y se vaya naturalmente, sino que fuerza y deforma la espiración completa, profunda, con una resistencia. Este inconsciente bloqueo respiratorio es también un bloqueo en el Camino interior, que exige soltar presa, abandonar el Yo.
Lo primero, pues, que hay que aprender es a: dejar que el fenómeno de la respiración se haga por sí mismo. Esto es más difícil de lo que parece. Es difícil hacer que desaparezca la tensión involuntaria provocada por un Yo siempre inquieto, que se manifiesta por el control y bloqueo inconsciente de la respiración.

El hombre ha de recorrer un largo camino hasta aprender a respirar bien, conscientemente, dejando que la respiración se haga de modo natural. Un maestro zen, al que se le preguntó sobre su manera de ejercitarse en la respiración, contestó: “ Desde hace treinta años me esfuerzo por observar conscientemente la respiración, sin alterarla”....
Extracto del libro de Karlfried G. Dürckheim: “ HARA, CENTRO VITAL DEL HOMBRE”. Ediciones Mensajero.

miércoles, 18 de marzo de 2009

LO QUE LA MENTE CREE, EL CUERPO SE LO DA.

Tribu en el Norte de África

"Hay una tribu en el norte de África donde es costumbre que cuando alguien comete un hecho muy grave, por ejemplo matar otro miembro de la tribu, se hace una junta, una reunión de todos los jefes de la tribu.
Si lo encuentran culpable lo condenan a muerte. Lo maravilloso es que la condena significa hacerle una marca con tinta en el hombro. Es una marca, que en la tribu es el símbolo de la muerte.
A partir de ese día el condenado es alojado en una carpa a unos diez metros de los otros, nada más. Nadie lo toca, nadie le hace nada, si quiere comer, come, si quiere beber, bebe, nadie le dirige la palabra, nadie habla con él, está muerto.
Dos meses después de la condena, el reo muere, muere sin que nadie le haya tocado un pelo. Y no muere porque le pase algo en especial, ni porque la marca sea venenosa, muere solo porque cree que se tiene que morir.
En esa cultura el condenado está convencido de que se va a morir, y por supuesto se muere, literalmente se muere."

Cuidado con los pensamientos de desear morirse, al no sentirnos capaces de resolver los problemas que tenemos en nuestra vida, porque estamos llamando a la puerta de una enfermedad como paso previo a esa muerte deseada. Mejor poner toda nuestra energía en aprender a resolver nuestros problemas que huir de ellos. En nuestra sociedad la marca de muerte de la tribu africana podría ser el cáncer. Simplemente el hecho de creer que es una enfermedad mortal, de por sí ya puede provocar esa muerte lenta.
Extracto del C E N T R O N I L A Y A -Lola Feliu lola@centronilaya.com

martes, 10 de marzo de 2009

EL BAMBÚ JAPONÉS Y EL ÉXITO

"No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante.
También es obvio que quien cultiva la tierra no se para impaciente frente a la semilla sembrada y grita con todas sus fuerzas: ¡Crece, maldita seas!.
Hay algo muy curioso que sucede con el BAMBÚ JAPONÉS y que lo transforma en no apto para impacientes. Siembras la semilla, la abonas y te ocupas de regarla constantemente. Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad, no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas estériles. Sin embargo, durante el séptimo año, en un periodo de sólo seis semanas, la planta de bambú crece...¡más de 30 metros!.
¿Tarda sólo seis semanas en crecer?
¡No! La verdad es que se toma siete años para crecer y seis semanas para desarrollarse. Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú genera un complejo sistema de raíces que le permiten sostener el crecimiento que vendrá después.
En la vida cotidiana, muchas personas tratan de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo.
Quizá por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados a corto plazo abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta. Es tarea difícil convencer al impaciente de que sólo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y saben esperar el momento adecuado.
De igual manera, es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creeremos que nada está sucediendo. Y esto puede ser extremadamente frustrante.
En esos momentos ( que todos tenemos), recordemos el ciclo de maduración del bambú japonés. Y no bajemos los brazos ni abandonemos por no ver el resultado esperado, ya que sí está sucediendo algo dentro de nosotros: estamos creciendo, madurando.
No nos demos por vencidos, vayamos gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que nos permitirán sostener el éxito cuando éste, al fin, se materialice.
El triunfo no es más que un proceso que lleva tiempo y dedicación. Un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros.
Un proceso que exige cambios, acción y formidables dotes de paciencia".



DEFINE EL ÉXITO A TU MANERA Y A TU MEDIDA:
"No dejes que sean otros los que digan cómo ha de ser tu éxito.
Porque otros te dirán donde llegar...pero no te dirán cómo, no te definirán el rumbo.
Si se lo permites entrarás en un laberinto, en una carrera que no es la tuya, por lo que pagarás un precio muy alto...Y nunca ganarás.
El rumbo sólo lo encuentras cuando eres tú quien define el éxito a tu medida.
Tu éxito significa tu finalidad en la vida.
Encuéntrate, reconócete, sé tú..
Eso te hará ser único o única.
Y la vida te premiará por ello más de lo que puedas imaginar hoy.
Deja de ser lo que crees que los otros quieren o esperan que seas.
Sería una verdadera lástima, más aún, una tragedia insoportable, que justo antes de morir dijeras: "¡Podría haber sido tan feliz! ¡Tuve tan buenas ideas! ¡Me gustaba tanto hacer tal cosa, se me daba tan bien que...!"
¡No me digas!
¡Haberlo pensado antes!
Justo ahora que se baja el telón vas y dices que te hubiera gustado que fuese distinto...
Seamos prácticos: para saber si vocación y profesión coinciden, plantéate si seguirías haciendo lo mismo si, de repente, por herencia o lotería, te cayesen del cielo diez millones de euros.
Si respondes sí, ya tienes esa cifra, porque estás haciendo lo que te gusta. O porque no le das importancia al dinero. Dicho de otra manera, porque el dinero no paga tu pasión.



"Es muy importante que hagáis lo que de verdad os importe. Sólo así podréis bendecir la vida cuando la muerte esté cerca". Elisabeth Kübler-Ross.

Extracto del libro de Álex Rovira: "La brújula interior".



jueves, 5 de marzo de 2009

SER AUTÉNTICO



“Todo camino es sólo un camino, y no hay afrenta alguna para uno mismo ni para los demás en abandonarlo si es eso lo que te dicta tu corazón”. Carlos Castaneda.



“La autenticidad es no cambiar lo que uno es y aceptar lo que uno tiene. Es la capacidad de manifestarse tal y como se es, sin ocultamientos. Lo auténtico es y tiene valor.
La autenticidad no es tratar de ser mejor. Esto es sentido del deber, es una obligación, es una orden, una fachada. La verdadera autenticidad es mostrarse, sin juicio, sin temor a ser descalificado.
Para poder alcanzar esto, uno tiene que trabajarse mucho. Porque no se trata sólo de mostrarse como uno es. Así cualquier descarado sería un ser auténtico. No hay que confundir y creer que se debe mostrar la verdad hasta el escándalo. Quienes dicen esto están menos interesados en lo primero que en lo segundo. Hay que decir la verdad sin escandalizar.
A veces queremos ayudar a alguien a ser auténtico, pero si yo no conozco el proceso, si yo no lo he hecho, estoy cometiendo un fraude contra la otra persona. Si yo mismo me avergüenzo ante él de mostrarme humano, conflictivo, irresuelto, desvalorado, bisexual, homosexual, heterosexual o con el problema que sea, no estaré siendo honesto.
Una persona auténtica lo es porque dejó de funcionar como una máquina. Ya no es programable. No responde a los programas del papá y de la mamá, tiene sus propios programas. Hay que estar atento pues el proceso de convertirse en persona es muy hermoso, significa la salud. Ese es el verdadero trabajo sobre sí mismo.
Tenemos que aprender a aceptar, porque es innegable que aunque la vida depende de nosotros y que construimos nuestro destino, ocurren cosas, que querámoslo o no, nos van a suceder, nos van a afectar; existen factores sociales, naturales y de otra índole que no están bajo nuestro control.
Hemos de aprender a renunciar a la seguridad. A una seguridad con un alto contenido egóico. La salud no es tener o no tener, es la aceptación de ambas posibilidades. Porque renunciar es algo real, es una capacidad muy sana. Nadie cree que puede haber una guerra. Nadie espera un terremoto. Agraciada o desgraciadamente cada quien enfrenta pruebas acordes a su tamaño. Esto es uno de los misterios de la vida, uno va teniendo las pruebas exactas que necesita y uno tiene que estar preparado para reconocerlo.
No podemos hacer mucho ante las decisiones que toma la vida o la naturaleza. Pero sí podemos presentar una actitud frente a ellas, podemos no oponer resistencia. Resistirnos a la corriente trae un sufrimiento innecesario. No hay que hacer problemas de un problema. Hay muchos cuentos sufis que tratan del no nadar a contracorriente, de dejarse ir. Eso no es una actitud pasiva sino una tensión para buscar el equilibrio, para sostenerse y mantenerse. No es pasividad, es una actitud de confianza y es una acción.”
Extracto del libro de Guillermo Borja: “La locura lo cura”. Editorial La Llave-D.H.



“Quisiera decir lo que pienso y siento hoy, con la condición de que quizá mañana lo contradiga todo.” Ralph Waldo Emerson.

viernes, 27 de febrero de 2009

REGALO A LA HUMANIDAD

Un buen día, una mujer canadiense llamada Oriah Mountain Dreamer, conocedora de las costumbres y creencias de los indios norteamericanos, nos dejó escrito el siguiente regalo para toda la humanidad:


" No me interesa saber cómo te ganas la vida. Quiero saber lo que ansías, y si te atreves a soñar con lo que tu corazón anhela.


No me interesa tu edad. Quiero saber si te arriesgarías a parecer un tonto por amor, por tus sueños, por la aventura de estar vivo.


No me interesa qué planetas están en cuadratura con tu Luna. Quiero saber si has llegado al centro de tu propia tristeza, si las traiciones de la vida te han abierto o si te has marchitado y cerrado por miedo a nuevos dolores. Quiero saber si puedes vivir con el dolor, con el mío o el tuyo, sin tratar de desimularlo, de atenuarlo ni de remediarlo.


Quiero saber si puedes experimentar con plenitud la alegría, la mía o la tuya, si puedes bailar con frenesí y dejar que el éxtasis te penetre hasta la punta de los dedos de los pies y las manos sin que tu prudencia nos llame a ser cuidadosos, a ser realistas, a recordar las limitaciones propias de nuestra condición humana.


No me interesa saber si lo que me cuentas es cierto. Quiero saber si puedes decepcionar a otra persona para ser fiel a ti mismo; si podrías soportar la acusación de traición y no traicionar a tu propia alma...


Quiero saber si puedes ver la belleza, aun cuando no sea agradable, cada día, y si puedes hacer que tu propia vida surja de su presencia.


Quiero saber si puedes vivir con el fracaso, el tuyo y el mío, y de pie en la orilla del lago gritarle a la plateada forma de la luna llena: "¡Sí!".


No me interesa saber dónde vives ni cuánto dinero tienes. Quiero saber si puedes levantarte después de una noche de aflicción y desesperanza, agotado y magullado hasta los huesos, y hacer lo que sea necesario para alimentar a tus hijos.


No me interesa saber a quién conoces ni cómo llegaste hasta aquí. Quiero saber si te quedarás en el centro del fuego conmigo y no lo rehuirás.


No me interesa saber ni dónde ni cómo ni con quién estudiaste. Quiero saber lo que te sostiene, desde el interior, cuando todo lo demás se derrumba.


Quiero saber si puedes estar solo contigo y si en verdad aprecias tu propia compañía en momentos de vacío".

"Trata a un hombre tal como es y seguirá siendo lo que es. Trata a un hombre como puede llegar a ser y se convertirá en lo que puede llegar a ser." Goethe.

VIVIR CUESTA MUY POCO, PERO...

"En la Tierra hay suficiente para satisfacer las necesidades de todos, pero no tanto como para satisfacer la avaricia de algunos." Mahatma Gandhi.





Carta 2

“Nadie necesita ayuda para tener problemas.” Proverbio mahorí.

Querido y ocupado jefe:
Han pasado ya bastantes días y no he recibido respuesta a mi anterior carta. Sé que estás muy ocupado con el tema de los presupuestos, que vas de reunión en reunión, pero me extraña que no te hayas dignado al menos a mandarme un acuse de recibo.
Tal vez necesitas más argumentos para darte cuenta de que realmente estamos ante una situación preocupante…
A ver qué te parecen éstos:
- La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha hecho público recientemente el siguiente dato: la depresión es la primera causa de discapacidad en el mundo y es el origen del 27 por ciento de las discapacidades que se registran cada año.
- Se prevé un incremento de hasta un 50 por ciento en el número de personas que se verán afectadas por la depresión en los paises occidentales en los próximos 25 años.
- Las urgencias psiquiátricas han aumentado entre un 10 y un 20 por ciento en todo el mundo en los últimos 10 años. La OMS alerta de que los trastornos mentales se convertirán en breve en el principal problema de los países desarrollados o en vías de desarrollo. Los trastornos más comunes atendidos en los servicios de urgencias de los hospitales son los emocionales, la angustia y, como no, la depresión. Las causas de este incremento están motivadas, según las fuentes oficiales, “ por una ruptura en los hábitos sociales, donde predominan la soledad, la presión social y la angustia”. Repito y desgloso:
La soledad.
La presión social.
Y la angustia.
Lee detenidamente los párrafos anteriores y verás que aparece una enorme paradoja, una contradicción tragicómica de gigantescas dimensiones: ¡estar desarrollado o en vías de desarrollo te lleva a la depresión, a la soledad y a la angustia, fruto de la presión social!
O sea: ¡ESTAR DESARROLLADO ES UN PROBLEMA!
Necesito oxígeno, aire…
Salgo a la ventana y grito:
¡Socorro! ¡Que alguien me ayude a comprender esto!
Y digo yo, humildemente, que tendremos que someter a revisión el concepto “desarrollo”…¿o no? ¡Porque me niego a que mis hijos vivan en un mundo peor!
¡Me niego!
¿Por qué está ocurriendo esto? ¿Qué hacemos mal?
Porque está claro que alguna cosa hacemos mal, a menos que el objetivo sea que todos estemos deprimidos dentro de cien años, o que la norma, lo “normal” en la sociedad en la que vivan nuestros hijos, sea estar deprimido.
¿No crees, como yo, que nos estamos complicando la vida?


VIVIR CUESTA MUY POCO, PERO PODEMOS COMPLICARLO TANTO COMO QUERAMOS.


Coincidirás conmigo en que, en esencia, el acto de vivir es muy simple, especialmente si va acompañado de una sana conciencia, de capacidad para pensar y de libertad para decidir. Pero si nuestra mente, como te comentaba en mi carta anterior, se rige por la orden de "ganarse la vida", la cosa empieza a complicarse.


El conjunto de las experiencias relacionadas con el trabajo son vividas entonces como una dura competencia, muchas veces ligada a un esfuerzo en el que puedes realmente acabar dejándote la vida, bien porque ésta pasa y no te enteras de que has vivido, bien porque el corazón o el cuerpo te dicen: "¡Basta, me rindo, lo dejo aquí porque esto no hay quien lo aguante!" ( ya sabes, lo que le pasó a Valdés, el jefe de ventas, hace un par de semanas: un colapso como una casa).


Espero, apreciado jefe, que esto no nos pase a nosotros.


Tuyo,


Álex.


P.D. Dice Anthony de Mello: "Con la vida ocurre lo mismo que con los chistes: lo importante no es lo que duren, sino lo que hagan reír". Sería bueno que pensáramos en ello.


Extracto del libro de Alex Rovira: "La brújula interior". Editorial Empresa Activa.

jueves, 19 de febrero de 2009

CARTA A LA VIDA



CARTA 1:
Una frase perversa: “Hay que ganarse la vida”
“Me ganaba la vida... pero no la vivía.”
Una de las frases más frecuentemente citadas por los enfermos terminales, según ELISABETH KÜBLER ROSS, la principal autoridad mundial sobre el acompañamiento a enfermos terminales.

“El hecho de que una opinión la comparta mucha gente no es prueba
concluyente de que no sea completamente absurda.” BERTRAND RUSSELL.

Querido jefe,
Hace un buen rato que intento acabar el informe que me has pedido, pero no puedo concentrarme.
Ya sabes que suelo responder con eficacia a tus indicaciones, pero algo en mi interior se niega hoy a seguir redactando fríos y descorazonados memorándums. Por contra, cuando me he puesto escribirte esta carta, mi pulso se ha acelerado y mis dedos han empezado a danzar livianamente sobre el teclado del ordenador. Seguro que te preguntarás por qué te escribo una carta en lugar de enviarte un e-mail o simplemente llamarte al móvil. No estoy seguro, pero creo que tiene que ver con la distancia y la ausencia de prisas. Dicho de otra manera, la carta me da la posibilidad de escribir pensando, de volver atrás y rectificar, de explicarme sin la incómoda sensación de que tengo que ser breve para no hacer perder el tiempo a mi interlocutor. Sin la premura de otros medios, en definitiva. Y lo que te quiero explicar, como verás, no admite prisas.
El caso es que hay una cosa que me tiene preocupado, a ratos estupefacto y a ratos cabreado, y que no me deja conciliar el sueño desde hace semanas. Es algo sencillo y fácil de entender, pero a la vez terriblemente profundo. Quizá te parezca banal a simple vista, pero tengo razones para pensar que es esencial para nuestro futuro como personas y como sociedad. Te lo diré sin rodeos: la gente no es feliz. Por supuesto, es una generalización, pero más extendida de lo que muchos creen.
Desde hace algún tiempo, cuando pregunto a mis amigos y compañeros algo tan simple como “¿qué tal?”, obtengo respuestas como éstas: “Pse, tirando” (del carro, evidentemente, con lo que la identificación con un animal de tracción es obvia). “Ya ves” (que en realidad quiere decir: “Decídelo tú, porque yo ni me veo”). “Vamos haciendo” (en un gerundio sin fin). Fíjate, “vamos” y no “voy”, porque en esta situación es mejor sentirse acompañado. “Luchando” (como si la vida fuera una guerra). “Pasando” (¿por el tubo?). “No me puedo quejar” o su versión extendida “No nos podemos quejar”, donde el que responde asume, en un alarde de masoquismo, que podría estar peor. O el ya frecuente “jodido, pero contento”, en el que se manifiesta que el estado natural de uno es estar jodido.
Son muy pocos los que contestan “¡bien!” y casos aisladísimos los que espetan un asertivo, sincero y convencido “¡muy bien!”. Así que está claro que alguna cosa falla.
La realidad, la de hoy, la que percibo a mi alrededor, es que millones de personas van cada día a
trabajar con tristeza y resignación, sin otra esperanza para salir de su desgraciada circunstancia que acertar en la lotería y llegar por un atajo a la felicidad.
Son muchos los que trabajan en oficios que no les realizan, que andan estresadísimos, que sienten
profunda y tristemente que cobran menos de lo que valen y que, en definitiva, se sienten mercenarios de una hipoteca. Y dicen...
“No puedo cambiar.”
“Tengo una hipoteca a treinta años.”
“Tengo una familia a la que sacar adelante.”


“Soy un profesional con unos compromisos muy fuertes que debo mantener, ¿qué otra cosa podría hacer?”.
Llevo tiempo dándole vueltas y creo que esta infelicidad tiene mucho que ver con una frasecita
perversa que todos conocemos bien. Yo la he oído a lo largo de toda mi vida, desde que era un crío. Es una expresión que forma parte de nuestro lenguaje aceptado y compartido. Está en el centro de nuestra vida y, probablemente por eso mismo, nunca reflexionamos sobre sus implicaciones.
Tiene apariencia inofensiva, la muy puñetera, pero no hay que fiarse. Si la escuchas sin prestar mucha atención, dices: “Vale, ¿y qué?”. Pero si te paras a pensarla, a rebuscar entre las palabras, sacas conclusiones escalofriantes.
Voy directo al grano. La frase en cuestión es corta, sólo tiene cinco palabras y es: “Hay que ganarse la vida”.
¿Qué, cómo la ves? ¿Alguna reacción a bote pronto?
¿Te dice algo? ¿Se activa alguna alerta en tu mente?
Lo cierto es que a mí no me decía nada hasta que hace un par de semanas, en una reunión con unos clientes, se la oí decir resignadamente a uno de ellos. Entonces, de pronto, me vino a la cabeza el siguiente pensamiento (prepárate, porque es sorprendente): DECIR QUE NOS TENEMOS QUE GANAR LA VIDA IMPLICA PARTIR DE LA PREMISA DE QUE LA VIDA ESTÁ PERDIDA.
Has leído bien, sí, ¡perdida! ¡Y esto es fuerte, muy fuerte! Y, sin embargo, todos o casi todos lo
tenemos asumido como normal, como lo que toca, como lo que es, como lo que hay.
Y si asumimos la perversión de esta frase tan socialmente aceptada y muy escasamente pensada, lo mejor que podemos esperar de nuestra existencia, el mejor de los futuros imaginables, es recuperar algo que, en realidad, nos es consustancial. Para no vivir como muertos, nos pasaremos la vida intentando “ganárnosla”. Con resignación y, según el carácter de cada uno, con un poso de mala leche en el fondo.
¡Y todo porque nos han hecho creer que la vida, aquello que está en el origen de la existencia, de la conciencia, de la felicidad, de la creatividad, del amor, de la intimidad, nos la tenemos que ir ganando! ¡Que cuando nacimos el tema estaba perdido!
Y desde pequeñitos nos lo tragamos, ¡zas!, sin rechistar, ¡directo al inconsciente!
Tenemos que hacer algo al respecto, jefe, y cuanto antes mejor, si queremos una vida feliz y que este sea un mundo mejor. Y, de paso, si queremos conseguir que nuestra empresa prospere, porque seguro que no se te escapa que una cosa va ligada a la otra.
¿Cómo podemos cambiar esta manera de pensar...? Yo no soy psicólogo ni filósofo, pero tengo mis ideas, como cualquiera. Así que te propongo una cosa: demos un nuevo significado y una nueva forma de expresión a esta frase y logremos así que las personas establezcan un nuevo punto de partida, reasignen el valor de la vida en su cerebro y definan una nueva “posición existencial de partida”, más sana y menos sometida y resignada.
¿Qué te parece? Mi propuesta es que abramos los ojos y nos olvidemos de esta frase, ya que...
... LA VIDA NO TIENE QUE SER GANADA
PORQUE ESTÁ GANADA DESDE QUE NACEMOS.
Tú eres una persona razonable, por lo que confío en que sabrás entender estas inquietudes que te transmito. Es más, estoy seguro de que estos pensamientos han debido rondar ya por tu cabeza y has llegado a conclusiones que a mí se me escapan (por algo eres el jefe).
Así que espero con ansia tu respuesta a estas líneas.
Con un afectuoso abrazo,
Álex
PD. Ya lo decía el sabio escritor estadounidense Henry David Thoreau... ¡en el siglo XIX!: “No hay nadie tan equivocado como aquel que pasa la mayor parte de su vida ganándose la vida”.


Capítulo 1 del libro de ALEX ROVIRA: "LA BRÚJULA INTERIOR". Editorial Empresa Aciva 2003

martes, 17 de febrero de 2009

¿QUIÉN SOY YO?



" Gnosti te auton: conócete a tí mismo. Estas palabras estaban grabadas sobre la entrada al templo de Apolo en Delfos, sede del sagrado oráculo. En la antigua Grecia, la gente acudía al oráculo con la esperanza de averiguar qué les reservaba el destino o qué línea de acción seguir en una situación particular. Es probable que la mayoría de los visitantes leyera estas palabras al entrar en el edificio, sin darse cuenta de que indicaban una verdad más profunda que cualquier cosa que pudiera decirles el oráculo. Puede que tampoco se dieran cuenta de que, por grande que fuera la revelación o precisa la información que recibían, al final no les serviría de nada, no los salvaría de la nueva infelicidad y sufrimiento que crearían por sí mismos, si eran incapaces de descubrir la verdad oculta en esa recomendación: conócete a ti mismo. Lo que implican estas palabras es: antes de hacer otra pregunta, plantéate la pregunta más fundamental de tu vida: ¿quién soy yo?.


Las personas inconscientes - y muchos permanecemos inconscientes, atrapados en nuestros egos, toda una vida - te dirán enseguida quiénes son: su nombre, su profesión, su historia personal, la forma o estado de su cuerpo, y cualquier otra cosa con la que se identifiquen. Otros pueden parecer más evolucionados porque piensan en sí mismos como un alma inmortal o un espíritu divino. Pero ¿se conocen de verdad a sí mismos, o sólo han añadido al contenido de su mente unos cuantos conceptos que suenan a espirituales? Conocerte a tí mismo es algo mucho más profundo que adoptar un conjunto de ideas o creencias. Las ideas y creencias espirituales pueden ser, en el mejor de los casos, indicadores útiles, pero en sí mismas nunca tienen el poder de desalojar los conceptos centrales de lo que tú crees que eres, que forman parte del condicionamiento de la mente humana. Conocerte profundamente a ti mismo no tiene nada que ver con las ideas que flotan en tu mente, sean las que sean. Conocerte a ti mismo es estar enraizado en el SER, en lugar de perdido en tu mente.


Nadie puede decirte quién eres. Sería sólo otro concepto, así que eso no te cambiará. Quién tú eres no necesita creencias. De hecho, toda creencia es un obstáculo. Ni siquiera necesita que te des cuenta, puesto que ya eres quién eres. Pero, si no te das cuenta, quién tú eres no brillará en este mundo. Permanecerá en lo no manifestado, que es, por supuesto, donde más a gusto estás. Entonces eres como una persona aparentemente pobre que no sabe que tiene una cuenta bancaria con 100 millones de euros, y así su riqueza se queda como un potencial no manifestado.
La gente cree que su felicidad depende de lo que le ocurra, es decir, depende de la forma. No se dan cuenta de que lo que ocurre es lo más inestable del universo. Cambia constantemente. Miran el momento presente como si estuviera estropeado por algo que ha ocurrido y no debería haber ocurrido, o como si le faltara algo que debería haber ocurrido y no ocurrió. Y así se pierden la perfección profunda que es inherente a la vida misma, una perfección que siempre está ahí, que se encuentra más allá de lo que ocurre o deja de ocurrir, más allá de la forma. Acepta el momento presente y encontrarás la perfección que es más profunda que cualquier forma y no está afectada por el tiempo.
El gozo de vivir, que es la única felicidad auténtica, no puede llegarte a través de ninguna forma, posesión, logro, persona o suceso; de nada que suceda. Ese gozo no puede llegarte nunca. Emana de la dimensión sin forma que hay dentro de ti, de la Conciencia misma, y es una misma cosa con lo que tú eres. "


Extracto del libro de ECKART TOLLE : " UN NUEVO MUNDO, AHORA". Editorial Grijalbo.


viernes, 13 de febrero de 2009

DEL ERROR DE DESCARTES A LA VISIÓN DE SARTRE

" El filósofo del siglo XVII Descartes, considerado el fundador de la filosofía moderna, expresó este error primario en su famoso dicho (que él consideraba una verdad primaria), "Pienso, luego existo" . Esta fue la respuesta que encontró para la pregunta <<¿Hay algo que pueda saber con absoluta certeza?>>. Se dió cuenta de que el hecho de que estaba siempre pensando estaba fuera de toda duda, y en consecuencia equiparó pensar con SER, es decir, la identidad - yo soy- con el pensamiento. En lugar de la verdad definitiva, había encontrado la raíz del ego, pero él no lo sabía.


Pasaron casi trescientos años hasta que otro famoso filósofo viera en aquella frase algo que Descartes, y todos los demás, habían pasado por alto. Su nombre era Jean Paul Sartre. Examinó a fondo la frase de Descartes, "Pienso, luego existo", y de pronto se dio cuenta, según sus propias palabras, de que "la conciencia que dice`existo` no es la conciencia que piensa" , ¿Qué quería decir con eso?. Cuando eres consciente de que estás pensando, esa conciencia no forma parte del pensar. Es una dimensión diferente de conciencia. Y es esa conciencia la que dice "existo". Si en ti no hubiera nada más que pensamiento, ni siquiera sabrías que estás pensando. Serías como un soñador que no sabe que está soñando. Estarías tan identificado con cada pensamiento como el soñador con cada imagen de su sueño. Muchas personas siguen viviendo así, como sonámbulos, atrapados en estructuras mentales viejas y disfuncionales que continuamente recrean la misma realidad de pesadilla. Cuando sabes que estás soñando, estás despierto dentro del sueño. Ha intervinido otra dimensión de la conciencia.


Las implicaciones de la visión de Sartre son profundas, pero él mismo estaba demasiado identificado con el pensamiento para darse cuenta de toda la importancia de lo que había descubierto: la emergencia de una nueva dimensión de la conciencia. "





Extracto del libro de ECKHART TOLLE: "Un nuevo mundo, ahora". Edit. Grijalbo.





Creo que se explica por sí solo el Gran Sueño que muchos de nosotros sufrimos aún. En el Budismo a la mente la consideran como "maya", pura ilusión, en el sentido de que nos identificamos con ella, cuando en realidad nosotros somos más bien la conciencia, el Ser, que es consciente del pensamiento, de nuestras emociones, etc.. Al igual que veo ahora mi ordenador, veo también en mi mente mis pensamientos, emociones, etc, pues por lo mismo que no me identifico con mi ordenador, tampoco debería hacerlo con mi mente, con su contenido.


A algunos de vosotros os puede parecer todo esto raro, incomprensible, pero os digo que cuando una persona tiene una experiencia "mistica", da igual aquí o en China, ahora o hace veinte siglos, todos han tenido la misma "visión", en esencia todos han hablado de lo mismo. Yo mismo he leido relatos de todas las religiones importantes y todo son coincidencias...


El ego es ilusiorio, nos identificamos con un ideal de nosotros mismos el cual luego lo defendemos a muerte, y sin embargo no tiene esencia real, sólo es una corriente de pensamientos formada desde que nacemos por los demás, al principio, y luego mantenida por nosotros.


La meditación zen, la que yo practico, y cualquier otra técnica seria, te hace percibir esta gran Verdad. Os hace ser personas más reales, tomando consciencia, y cada vez más tiempo, de éste sueño en el que vivimos.


Cuando estás sufriendo en una pesadilla y despiertas, ya no hace falta nada más para reirte y saber que todo era falso verdad?. Pues lo mismo te digo cuando tienes un pequeño "despertar" en esta vida, te reiras de lo que hace un segundo te hacía sufrir irremediablemente. Es maravilloso, descubres, como algunas veces habrás leído, que todo es Perfecto, cada cosa ocurre en el momento adecuado.