miércoles, 8 de abril de 2009

DESTINO Y LIBRE ALBEDRÍO.

" A veces desnudos, a veces locos,
Ahora como erudito, ahora como tonto,
Así aparecen en la tierra...
¡Los hombres libres! ".
Poema indio.
" Los que buscan felicidad no la encuentran porque no entienden que el objeto de su búsqueda es el que busca. Decimos que son felices los que se han "encontrado en sí mismos" porque el secreto de la felicidad está en el antiguo dicho:" Conviértete en lo que eres". Debemos hablar en paradoja porque pensamos estar separados de la vida y, para ser felices, debemos unirnos a ella. Pero ya estamos unidos y todas nuestras acciones son sus acciones. La vida nos vive, nosotros no vivimos la vida. Pero de hecho no hay ningún "nos" aparte de la vida que así la vida puede "vivir". No es que seamos instrumentos pasivos de la vida, como creen los fatalistas, porque sólo podríamos ser herramientas pasivas si fuéramos otra cosa que vida. Si uno se imagina a sí mismo separado de la vida, en guerra con ella, imagina ser su herramienta pasiva y por lo tanto es infeliz.
Pero a decir verdad, acción y pasividad son uno y el mismo acto, y la vida y nosotros somos una y la misma cosa. Esta verdad de la filosofía antigua está más allá de nuestra lógica, pero el que la entiende es un sabio y el que no es un tonto. Aunque, curiosamente, el tonto se convierte en sabio si se da libertad para ser tonto. Entonces su dicha no conoce límites y él "camina libremente a través del universo". Se podría denominar a esto la complejidad de lo muy simple. Y esto, sin el uso de términos técnicos, es la respuesta de la sabiduría oriental al problema más díficil del pensamiento occidental: el problema del destino y del libre albedrío.
Inevitablemente, la búsqueda de libertad espiritual nos lleva a ese antiguo acertijo. Porque, se preguntará, ¿ no es la aceptación total de la vida simplemente el fatalismo más completo?, ¿No significa la enorme sensación de irresponsabilidad que surge del conocimiento de que no sólo nuestras acciones y circunstancias, sino también nuestros mismos pensamientos y sentimientos, son los actos de la vida o del destino, y da lo mismo que dejemos de preocuparnos por ellos?. El fatalismo es la doctrina del total sometimiento del hombre al destino, pero siempre se plantea una extraña objeción: "Si todo el mundo creyera que todos sus pensamientos y acciones están inevitablemente preordenadas por el destino, entonces la gente se comportaría exactamente como desea". En otras palabras ¡se haría peligrosamente libre!


Para el fatalista, cuando se nos presenta una elección de acciones, nuestra decisión no está determinada por un acto libre de la voluntad sino por el número indecible de factores que componen nuestro ser en ese momento: impulsos hereditarios, reflejos instintivos, educación moral, etc..

En cambio, para la filosofía oriental la relación entre uno mismo y la vida, el destino, ya no es una cuestión de impulsado e impulsor, de agente pasivo y de poder activo. La experiencia del hombre se hace completa cuando ve la actividad de la vida como un todo en él mismo como es ahora, cuando comprende que no hay ninguna diferencia entre sus propios pensamientos y acciones como son en este momento y la naturaleza del universo. No es que la vida lo esté haciendo pensar y moverse como cuando uno tira de las cuerdas de un títere, es antes bien que los pensamientos y acciones del hombre son al mismo tiempo sus propias creaciones y las creaciones de la naturaleza impersonal. La volición del hombre y la actividad de la naturaleza son dos nombres para una y la misma cosa, porque las acciones de la vida son las acciones del hombre y las acciones del hombre son las acciones de la vida.

Aquí no hay ninguna duda en cuanto a quién es el impulsor y quién es el impulsado, porque el hombre vive su vida mediante el mismo poder con que la vida vive al hombre. Es por esto que la aceptación total, que parece ser una respuesta a la esclavitud, es en realidad una llave para la felicidad, porque cuando se acepta lo que se es ahora se es libre para ser lo que se es ahora, que es por lo cual el tonto se convierte en sabio cuando se da libertad para ser tonto. En verdad, siempre estamos en libertad para ser lo que somos ahora y sólo el falso orgullo nos impide verlo. Por lo tanto, la aceptación es actividad y pasividad en uno. Como pasividad es aceptarnos a nosotros mismos, nuestros deseos y temores como movimientos de la vida, de la naturaleza y del inconsciente. Como actividad es permitirnos ser libres para ser nosotros mismos y para tener nuestros deseos y temores. Con lo cual el ego y el inconsciente, el hombre y la naturaleza, uno mismo y la vida se ven como dos bailarines que se mueven en una armonía tan estrecha que no se puede saber cuál impulsa y cuál responde, cuál es el participante activo y cuál es el pasivo. Es posible tener sentimientos de plenitud no sólo en raros momentos de percepción sino también en la vida cotidiana, y esto se produce en cuanto comprendemos que todas nuestras actividades son tanto actividades de la naturaleza y del universo como la rotación de los planetas, el discurrir de las aguas, el rugido del trueno y el soplar del viento ".
Extracto del libro de Alan Watts: "EL SENTIDO DE LA FELICIDAD". Editorial IBIS.






13 comentarios:

  1. all that you want ,go to "http://www.vogmall.com/" wholesale Nike shoes Adidas shoes ,Air Jordan shoes LV Handbag

    ResponderEliminar
  2. Me ha encantado este extracto de Alan Watts. Parece tan complejo y no lo es...es lo que llamo ser consecuente y dejar que la vida fluya, sin el control de querer hacerlo "todo bien".. para quien? cual bien? acaso hay mal?...
    No sé, de un tiemo a esta parte he simplificado mi vida...debe ser eso...;-) por eso que esta entrada me ha hecho tanto sentido.
    Felicidades por este acierto de entrada!!

    Saludos,

    Ali

    ResponderEliminar
  3. Hola Alimontero, gracias por tu visita y por tus palabras amables. Coincido en todo lo que dices, el autor del extracto durante un tiempo fue mi escritor de cabecera.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Acertada entrada Sidharta.
    Siempre encontraremos a oportunistas intentando venderte felicidad envasada. Por eso siempre se habla del futuro,del mañana. Eso lo hacen muy bien los políticos y las religiones.

    Pero la felicidad no hay que buscarla, la felicidad está aquí y ahora. Fluir, como muy bien he leído más arriba. Fluir y aceptar las cosas como parte del viaje...

    Un abazo.

    ResponderEliminar
  5. Hola Lobo Estepario. En efecto, el aquí y ahora es el único momento que existe, el único instante en que podemos ser felices, y no mañana ni ayer por supuesto. El tiempo en verdad es un concepto mental, psicológico. En el Universo sólo existe el aquí y ahora, el momento presente.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. ser uno con la vida... interesante concepto, colmplejo pero sencillo... dificil de sentir, y es que ¡nos hemos separado tanto de la naturaleza!, respecto a eso en el blog de nuestro amigo el lobo estepario hay una carta preciosa de un jefe indio al presidente de los EEUU ¿la has leido Sidharta?, a mi me encantó... ¡quien pudiese vivir en medio de la mentalidad y las creencias que profesaban los indios!, estaban tan cerca de eso que describes ahora, se sentían parte de un "todo", tanían conciencia de vida, sabían "vivir" mientras esperaban tranquilamente el desenlace de su vida.
    Muchos besos.

    ResponderEliminar
  7. lo tiene en lecturas recomendadas: "carta del jefe indio Seatle"
    ;)

    ResponderEliminar
  8. Hola Cristina, sí leí esa carta, hace ya algún tiempo. Es un ejemplo de convivencia con la naturaleza, ellos reconocen, son conscientes de que no existe algo aparte que es la naturaleza y luego en otro lado el ser humano. En verdad nosotros somos Naturaleza, somos uno con ella, sólo la mente hace esa separación con el lenguaje, pero es irreal.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  9. que cierto Sidharta!!, el lenguaje es la llave a la torre de babel. Siempre he tenido la impresión de que al definirse, al concretar las cosas, la gente se deja muchisimas cosas en el tintero, muchos matices que para mi son vitales, quizás es por eso por lo que mi marido dice que no le doy mucho valor a las palabras... es cierto, no se lo doy, el lenguaje está lleno de trampas, es muy limitado, y puede llegar a ser muy peligroso.

    ResponderEliminar
  10. En efecto Cristina, el lenguaje es el mapa, no el territorio, por lo que sólo nos debería servir para orientarnos, pero no para tomar la realidad por lo que el lenguaje, las palabras, nos dicen.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  11. Define Agua, explícale a alguién que no supiera lo que es... Podría hacer una disertación de tres horas, pero seguiría sin saber lo que es realmente. Sólo serían palabras. Para saber lo que es el agua hay que experimentar,viviendo el agua, probándola, sumergiéndose...

    Un abrazo y otro a Cristina.

    ResponderEliminar
  12. Llevas toda la razón Lobo Estepario. Eso que dices es muy zen, vivir el momento, ser consciente de lo que es aquí y ahora. Gracias.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  13. RECOMENDACION



    http://66.240.239.19/0/2/3/2332.ZIP

    ResponderEliminar